"Y recordá / la vida / no es más que estos pedazos de nosotros / compartidos con los demás"

martes, 13 de febrero de 2024

COQUE MALLA Y LEONOR WATLING Voy a empezar

Casa Verde / Taller City Bell / 2024


VOY A EMPEZAR

(Ella) 
Hoy voy a empezar a construir 
la casa donde estaré 
para toda la vida

Voy a recorrer esta ciudad 
voy a llegar hasta el mar 
El mar me cura la herida 

Y voy a saltar 
voy a nadar hacia otro lugar 
para toda la vida 

(Él)
Veo la pared donde colgué 
las fotos que acumulé 
durante toda la vida 

No reconozco a nadie y sin embargo 
cuando pienso que eran rostros que ayer 
eran toda mi vida 

Sé que ya no estoy 
y que no quiero mirar la pared 
nunca más en la vida 

(Ella y él)
Hoy voy a empezar a construir 
la casa donde estaré 
para toda la vida 

Voy a recorrer esta ciudad 
voy a quedarme en Berlín 
para toda la vida


“Berlín” (Un homenaje a Lou Reed) / Coque Malla y Leonor Watling / Del disco de Malla Mujeres (2014) / Coque Malla: guitarra acústica y voz / Mac Hernández: bajo y coros / Charlie Bautista: guitarra y coros / Gabriel Marijuan: batería / David Lads: piano, Rhodes, Hammond /



domingo, 24 de diciembre de 2023

Dentro y fuera de casa 2023

Casa Roja / Taller La Plata

Y NUESTROS ROSTROS, MI VIDA, BREVES COMO FOTOS




Casa Verde / Taller City Bell

















Libros


Los autores y textos seleccionados forman parte de estudio en ejercicios de taller, 
y su destino es solo para este objetivo.- 
#JoséMaríaPallaoro / 
#TallerLiterarioLaPlataCityBellPresencialVirtual /

NÉSTOR MUX en Taller La Plata viernes 27 de octubre de 2023 /

sábado, 28 de octubre de 2023

NÉSTOR MUX en Taller La Plata viernes 27 de octubre de 2023

Diego Caviglia, Josefa Lombardo, Susana Siveau, Graciela Tsioulis, Soledad Gutierrez Eguía, José María Pallaoro,
Néstor Mux, Mirta del Pino, Eduardo Sabbione, Juan Pedro


Encuentro en Taller La Plata con Néstor Mux viernes 27 de octubre de 2023 /
VIERNES DE LA ETERNIDAD 
Ayer viernes 27 de octubre encuentro en TALLER LA PLATA con Néstor Mux / 
"Necesito creer / que la luz de su lámpara / lo alcance, lo acompañe y lo alumbre" /


Con Graciela Falbo


Con Darío Marchini


Casa Verde / Taller City Bell, unos días antes del encuentro /
Con Soledad Gutierrez Eguía, Juan Pedro y Julieta Sanguinetti /


Los autores y textos seleccionados forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 
#JoséMaríaPallaoro / 
#TallerLiterarioLaPlataCityBellPresencialVirtual / 
Fotos: Archivo de La talita dorada / Darío / Soledad / 

lunes, 24 de julio de 2023

El arrabal del universo




JUAN JOSÉ SAER 
(Serodino, provincia de Santa Fe, 28 de junio de 1937 - París, Francia, 11 de junio de 2005) / 
AL ABRIGO 

     Un comerciante de muebles que acababa de comprar un sillón de segunda mano descubrió que en un hueco del respaldo una de sus antiguas propietarias había ocultado su diario íntimo. Por alguna razón -muerte, olvido, fuga precipitada, embargo- el diario había quedado ahí, y el comerciante, experto en construcción de muebles, lo había encontrado por casualidad al palpar el respaldo para probar su solidez. Ese día se quedó hasta tarde en el negocio abarrotado de camas, sillas, mesas y roperos, leyendo en la trastienda el diario íntimo a la luz de la lámpara, inclinado sobre el escritorio. El diario revelaba, día a día, los problemas sentimentales de su autora y el mueblero, que era un hombre inteligente y discreto, comprendió enseguida que la mujer había vivido disimulando su verdadera personalidad y que por un azar inconcebible, él la conocía mucho mejor que las personas que habían vivido junto a ella y que aparecían mencionadas en el diario. El mueblero se quedó pensativo. Durante un buen rato, la idea de que alguien pudiese tener en su casa, al abrigo del mundo, algo escondido -un diario, o lo que fuese-, le parecía extraña, casi imposible, hasta que unos minutos después, en el momento en que se levantaba y empezaba a poner en orden su escritorio antes de irse para su casa, se percató, no sin estupor, de que él mismo tenía, en alguna parte, cosas ocultas de las que el mundo ignoraba la existencia. En su casa, por ejemplo, en el altillo, en una caja de lata desimulada entre revistas viejas y trastos inútiles, el mueblero tenía guardado un rollo de billetes, que iba engrosando de tanto en tanto, y cuya existencia hasta su mujer y sus hijos desconocían; el mueblero no podía decir de un modo preciso con qué objeto guardaba esos billetes, pero poco a poco lo fue ganando la desagradable certidumbre de que su vida entera se definía no por sus actividades cotidianas ejercidas a la luz del día, sino por ese rollo de billetes que se carcomía en el desván. Y que de todos los actos, el fundamental era, sin duda, el de agregar de vez en cuando un billete al rollo carcomido. Mientras encendía el letrero luminoso que llenaba de una luz violeta el aire negro por encima de la vereda, el mueblero fue asaltado por otro recuerdo: buscando un sacapuntas en la pieza de su hijo mayor, había encontrado por casualidad una serie de fotografías pornográficas que su hijo escondía en el cajón de la cómoda. El mueblero las había vuelto a dejar rápidamente en su lugar, menos por pudor que por el temor de que su hijo pensase que él tenía la costumbre de hurgar en sus cosas. Durante la cena, el mueblero se puso a observar a su mujer: por primera vez después de treinta años le venía a la cabeza la idea de que también ella debía guardar algo oculto, algo tan propio y tan profundamente hundido que, aunque ella misma lo quisiese, ni siquiera la tortura podría hacérselo confesar. El mueblero sintió una especie de vértigo. No era el miedo banal a ser traicionado o estafado lo que le hacía dar vueltas en la cabeza como un vino que sube, sino la certidumbre de que, justo cuando estaba en el umbral de la vejez, iba tal vez a verse obligado a modificar las nociones más elementales que constituían su vida. O lo que él había llamado su vida: porque su vida, su verdadera vida, según su nueva intuición, transcurría en alguna parte, en lo negro, al abrigo de los acontecimientos, y parecía más inalcanzable que el arrabal del universo.


Los autores y textos seleccionados forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 
#TallerLiterarioLaPlataCityBellPresencialVirtual / 
Foto: jmp / Archivo de La talita dorada / 

sábado, 24 de junio de 2023

VINICIUS DE MORAES Para realizarse en medio del amor y la paz


Para que me guardes siempre dentro de tu piel



TALLER VINICIUS DE MORAES
(Río de Janeiro, Brasil, 19 de octubre de 1913 - 9 de julio de 1980) 

SOBRE POESÍA

     No han sido pocas las tentativas de definir lo que es la poesía. Desde Platón y Aristóteles hasta los semánticos y concretos modernos, filósofos, críticos y así mismo los propios poetas en dar una definición del arte de expresarse en versos, viejo como la humanidad. Yo también, en artículos y críticas que ya van largos, no me pude sustraer a la vanidad de hacer mis mots de finesse (mis palabras sutiles o de agudeza) en causa propia -cosa que hoy me parece, si no irresponsable, por lo menos bastante literaria. 

     Un obrero parte de un montón de ladrillos sin significación especial sino serán ladrillos para -bajo la orientación de un constructor que a su vez sigue los cálculos de un ingeniero obediente al proyecto de un arquitecto- levantar una casa. Un montón de ladrillos es un montón de ladrillos. No existe en la belleza específica. Mas una casa puede ser bella, si el proyecto de un buen arquitecto tiene para estructurarla con los cálculos de un buen ingeniero y en la vigilancia de un buen constructor, por un buen obrero, del trabajo en ejecución. 

     Cámbiense ladrillos por palabras, póngase al poeta, subjetivamente, en la cuádruple función de arquitecto, ingeniero, constructor y obrero, y ahí tienes lo que es poesía. La comparación puede parecer orgullosa, del punto de vista del poeta, mas, muy por el contrario, ello me parece colocar a la poesía en su real posición delante de otras artes: la de verdadera humildad. El material del poeta es la vida, y sólo la vida con todo lo que ella tiene de sórdido y sublime. Su instrumento es la palabra. Su función es la de ser expresión verbal rítmica en el mundo informe de sensaciones, sentimientos y presentimientos de los otros con relación a todo lo que existe o es susceptible de existencia en el mundo mágico de la imaginación. Su único deber es hacerlo de la manera más bella, simple y comunicativa posible, de lo contrario él no será nunca un buen poeta, sino un mero lucubrador de versos. 

     El material del poeta es la vida, dijimos. Por eso me parece que la poesía es la más humilde de las artes. Y, como tal, la más heroica, pues esa circunstancia determina que el poeta constituya la leña preferida para el hogar de lo distinto, aunque lo que se muestre de salida a las visitas sea el cuadro encima de ella, o la escultura en el zaguán, o el último long-play en alta fidelidad, o la propia casa si ella fuera obra de un arquitecto de renombre. Y yo les diré el porqué de esa actitud en que no hay en eso ningún misterio, ni cualquier demérito para la poesía. Es que la vida es para todos un hecho cotidiano. Ella lo es por la dinámica misma de sus contradicciones, por el equilibrio mismo de sus polos contrarios. El hombre no podría vivir bajo el sentimiento permanente de esas contradicciones y de esos contrarios, que procura constantemente olvidar para poder mover la máquina del mundo, de la cual es el único creador y obrero, y para no perder su razón de ser dentro de una naturaleza en que constituye al mismo tiempo la nota más bella y más desarmónica. O mejor: para no perder la razón tout court (a secas). 

     Mas para el poeta la vida es eterna. Él vive en el torbellino de esas contradicciones, en el eje de esos contrarios. De no vivir así, se transformaría seguramente, dentro de un mundo en carne viva, en un jardinero, en un floricultor de especímenes que, por más bellos que sean, pertenecen antes a los invernaderos que a los hombres que viven en las calles y en las casas. Esto es al menos para mí. Y no es otra la razón por la cual la poesía ha dado a la historia, dentro del cuadro de las artes, el mayor, a gran distancia, el mayor número de santos y de mártires. Pues, individualmente, el poeta es, ay de él, un ser en constante búsqueda del absoluto y, socialmente, un permanente sublevado. De ahí que no hay por qué extrañarse del hecho de ser la poesía, para efectos domésticos, la hija pobre en la familia de las artes, y un elemento de perturbación del orden dentro de la sociedad tal como está constituida. 

     Se afirma que el poeta es un creador, o mejor, un estructurador de lenguas y, siendo así, de civilizaciones. Homero, Virgilio, Dante, Chaucer, Shakespeare, Camões, los poetas anónimos del Cantar del Mío Cid viven a base de esas afirmaciones. Puede ser. Mas para un burgués común la poesía no es cosa que se pueda cambiar usualmente por dinero, colgar en la pared como un cuadro, colocar en un jardín como una escultura, poner en un tocadiscos como una sinfonía, transportar a la tela como un cuento, una novela o un romance, ni poner en escena como un guion cinematográfico, un ballet o una pieza de teatro. Modigliani -que si estuviese vivo sería multimillonario como Picasso- podía, en la época en que moría de hambre, cambiar una tela por un plato de comida: muchos artistas plásticos lo hicieron antes y después de él. Mas yo hallo difícil que un poeta pueda jamás conseguir su deseo a cambio de un soneto o una balada. Por eso me parece que la mayor belleza de este arte modesto y heroico sea su aparente inutilidad. Eso da al verdadero poeta fuerzas para jamás comprometerse con los dueños de la vida. Su único patrón es la propia vida: la vida de los hombres en su larga lucha contra la naturaleza y contra sí mismos para realizarse en medio del amor y la paz


En Para vivir un gran amor, Ediciones De La Flor, 1968 / Traducción de crónicas: René Palacios More / Traducción de poemas: Mario Trejo / Fotos: jmp / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-

martes, 13 de junio de 2023

TALLER VIRTUAL


Taller de los jueves a las 15 horas / 1 de junio de 2023


JOSÉ MARÍA PALLAORO 
UNO HACE LOS DÍAS MÁS BELLOS

     Uno hace los días más bellos. Uno, si quiere, los hace. A pesar de la tristeza. A pesar del frío que recorre, siempre, el cuerpo. A pesar de la distancia, la que no nos hace ver. Hoy me siento bien. Es cierto, crecen, nutro mis cosas, de a poco, con esfuerzo y deseos. Pienso. Pienso bastante. Dos meses desde que dejé de soñar. Duermo, cuando puedo, en blanco. Al despertar, la sombra de vos se proyecta en el piso, se extiende a la pared, y si estiro el cuello está en el techo. En esa orilla, arriba estás vos, retorna la sed. En ese balanceo el despertar de nuestras miradas, y los besos y las caricias sin saciarse nunca de las aguas que, a veces, calman la sed por un instante. ¿Qué haríamos sin sed? ¿Vos y yo, qué haríamos sin jugos que nos calmen y nos despierten? El blanco del sueño, sombras de cuerpos abrazados, fundidos, en todos sus sentidos. En un día más bello, y entero en la sombra de los dos. 

Los autores y textos seleccionados forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 
#JoséMaríaPallaoro / 
#TallerLiterarioLaPlataCityBellPresencialVirtual / 
Fotos: Sabrina Avellaneda / Archivo de La talita dorada / 

sábado, 3 de junio de 2023

LEER A NÉSTOR MUX

Lucas Trevisiol, Graciela Tsioulis, José María Pallaoro,
Josefa Lombardo y Alejandra Rodríguez


NADIE NOS IMPIDE QUE LEAMOS / 

LOS VIERNES DE LA ETERNIDAD / 
Taller presencial en La Plata / 2 de junio de 2023 / 

Parte del grupo que comenzamos la lectura del libro 
“Nadie le pide que escriba” de Néstor Mux: 
Lucas Trevisiol, Graciela Tsioulis, José María Pallaoro, 
Josefa Lombardo y Alejandra Rodríguez / 



Los autores y textos seleccionados forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

#JoséMaríaPallaoro / 
#TallerLiterarioLaPlataCityBellPresencialVirtual / 

Fotos: Archivo de La talita dorada / 

Casa Roja / Taller presencial La Plata /